Musa, la máscara apresta,
ensaya un aire jovial
y goza y ríe en la fiesta
del Carnaval.
Ríe en la danza que gira,
muestra la pierna rosada,
y suene, como una lira,
tu carcajada.
Para volar más ligera,
ponte dos hojas de rosa,
como hace tu compañera
la mariposa.
Y que en tu boca risueña
que se une al alegre coro,
deja la abeja porteña
su miel de oro.
Únete a la mascarada
y mientras muequea un clown
con la faz pintarrajeada,
como Frank Brown;
mientras Arlequín revela
que al prisma sus tintes roba
y aparece Pulchinela
con su joroba,
di a Colombina la bella
lo que de ella pienso yo,
y descorcha una botella
para Pierrot.
Que él te cuente como rima
sus amores con la luna
y te haga un poema en una
pantomima.
Da al aire la serenata,
toca el áureo bandolín,
lleva un látigo de plata
para el spleen.
Sé lírica y sé bizarra;
con la cítara, sé griega;
o gaucha con la guitarra
de Santos Vega.(...)
Rubén Darío.
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