¿Dónde están ahora,
Oh, hermosas doncellas de la montaña,
Dónde las Oréadas, dueñas de la Mañana?
Nada agita el recuerdo reciente,
El goteo limpio de aquella fuente;
Nada responde nuestros clamores,
Sólo el corazón lleno de dolores
En el Valle de los Zorzales;
Que se agita en los confines,
Pero el brillante rocío
Cae suave sobre los oídos,
Haciendo su delicado lecho de juncos,
Entonces escucha, despierto.
Oh, hermosas doncellas de la montaña,
Dónde las Oréadas, dueñas de la Mañana?
Nada agita el recuerdo reciente,
El goteo limpio de aquella fuente;
Nada responde nuestros clamores,
Sólo el corazón lleno de dolores
En el Valle de los Zorzales;
Que se agita en los confines,
Pero el brillante rocío
Cae suave sobre los oídos,
Haciendo su delicado lecho de juncos,
Entonces escucha, despierto.
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