¿Fue en las islas de las rosas,
en el país de los sueños,
en donde hay niños risueños
y enjambre de mariposas?
Quizá.
En sus grutas doradas,
con sus diademas de oro,
allí estaban, como un coro
de reinas, todas las hadas.
Las que tienen prisioneros
a los silfos de la luz,
las que andan con un capuz
salpicado de luceros.
Las que mantos de escarlata
lucen con regio donaire,
y las que hienden el aire
con su varita de plata.
¿Era día o noche?
El astro
de la niebla sobre el tul,
florecía en campo azul
como un lirio de alabastro.
Su peplo de oro la incierta
alba ya había tendido.
Era la hora en que en su nido
toda alondra se despierta.
Temblaba el limpio cristal
del rocío de la noche,
y estaba entreabierto el broche
de la flor primaveral.
Y en aquella región que era
de la luz y la fortuna,
cantaban un himno, a una,
ave, aurora y primavera.
Las hadas ?aquella tropa
brillante?, Delia, que he dicho,
por un extraño capricho
fabricaron una copa.
Rara, bella, sin igual,
y tan pura como bella,
pues aún no ha bebido en ella
ninguna boca mortal.
De una azucena gentil
hicieron el cáliz leve,
que era de polvo de nieve
y palidez de marfil.
Y la base fue formada
con un trémulo suspiro,
de reflejos de zafiro
y de luz cristalizada.
La copa hecha se pensó
en qué se pondría en ella
(que es el todo, niña bella,
de lo que te cuento yo).
Una dijo: ?La ilusión;
otra dijo: ?La belleza;
otra dijo: ?La riqueza;
y otra más: ?El corazón.
La Reina Mab, que es discreta,
dijo a la espléndida tropa:
?Que se ponga en esa copa
la felicidad completa.
Y cuando habló Reina tal,
produjo aplausos y asombros.
Llevaba sobre sus hombros
su soberbio manto real.
Dejó caer la divina
Reina de acento sonoro,
algo como gotas de oro
de una flauta cristalina.
Ya la Reina Mab habló;
cesó su olímpico gesto,
y las hadas tanto han puesto
que la copa se llenó.
Amor, delicia, verdad,
dicha, esplendor y riqueza,
fe, poderío, belleza...
¡Toda la felicidad!...
Y esta copa se guardó
pura, sola, inmaculada.
¿Dónde?
En una isla ignorada.
¿De dónde?
¡Se me olvidó!...
¿Fue en las islas de las rosas,
en el país de los sueños,
en donde hay niños risueños
y enjambres de mariposas?
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Esto nada importa aquí,
pues por decirte escribía
que esta copa, niña mía,
la deseo para ti.
Poemas de Rubén Darío
Que página más maravillosa, desde niña he fantaseado con las hadas, de hecho a mi hija su primer cumpleaños fue basado con la temática de hadas, he pintado algunos cuadros con ellas...
ResponderEliminarYo comence a leer los poemas de Ruben Dario desde muy niña y a pesar que el poema Margarita Debayle era el mas popular, yo me enamore de este poema porque me hacia volar la imaginacion. Me encanta verlo en esta pagina con estas ilustraciones porque me trasladan a esa infancia. La verdad que existen muchos poemas, pero los de mi patriota Ruben Dario tienen un encanto que deja un grato sabor a leerlos.
ResponderEliminarMe encanta este poema desde que era una niña. Lo lei por casualidad una vez que tenia que memorizarme el poema dedicado a Margarita Debayle y a partir de ese momento fue uno de mis preferidos, quizas porque no hay niña que no haya soñado o al menos querido soñar sobre las hadas. Que bueno encontrarlo en esta pagina y con estas ilustraciones. Definitivamente que me siento muy orgullosa de mi compatriota Ruben Dario..que cerebro, que imaginacion, que brillo.
ResponderEliminarNunca había leído este poema tan lindo, a pesar de haber leído a Rubén Darío. Me gustó mucho y me transmitió el poder del mismo
ResponderEliminarLas hadas que hermoso tema,es un encanto a esta edad,cuando duele todo,muy poco recuerda uno la niñez,mi mama decía cuidado no maltraten una hada son muy frágiles,estan en los ríos,lagos y lagunas,limpiando protegiendo la Naturaleza su belleza no se iguala con lahumanidad,ellas si existen,eso decía mi mamá.
ResponderEliminar