Edward Burne -Jones nació en Birmingham, asistió a la escuela primaria King Edward VI y luego teología en el Exeter College de Oxford. Allí se hizo amigo de William Morris, como consecuencia de su mutuo interés por la poesía, y fue influenciado por John Ruskin.
En ese tiempo descubrió la obra "Le Morte dÁrthur" de Sir Thomas Mallory que iba a ser de gran influencia en su vida.
"El último sueño de Arturo en Avalón" 1881
Estudió con Rossetti, pero desarrolló su propio estilo influido por sus viajes a Italia con Ruskin y otros. Después de Oxford participa en el rejuvenecimiento del arte vitral en inglaterra; son conocidas sus obras de vidrio en las ventanas de la Iglesia de San Martín en Brampton, diseñada a su vez por Philip Webb entre otras.
Su obra pictórica revive antiguos mitos, paisajes mágicos, leyendas artúricas, mitología... Burne-Jones dijo una vez: " Quiero crear un hermoso sueño romántico de algo que nunca fue, nunca lo será- en una luz mejor que cualquier luz que alguna vez brilló- en una tierra que nadie puede definir ni recordar, sólo desear y de una forma divinamente hermosa"
"La boda de Psique"
"Perseo y las ninfas del mar"
"la bella Durmiente"
María Zambaco (1843-1914) fue la musa de uno de los pintores más representativos de la Hermandad Prerrafaelita, Edward Burne-Jones.
María se dedicó al arte como escultora y trabajó con Alphonse Legros y Auguste Rodin en París.
Hija de un rico comerciante anglo-helénico, ella era muy familiar dentro de los círculos prerrafaelitas por su pelo rojo oscuro y su piel pálida, su modelado más notable fue para Burne-Jones aunque también lo hizo para el americano Whistler y Dante Gabriel Rossetti.
Burne-Jones la conoció en 1866 cuando su madre le encargó pintarla en la obra Cupido y Psique.
Después de una tormentosa relación con el pintor, él la retrató como hechicera o tentadora en obras como El Seducir de Merlín y el controvertido Phyllis y Demofonte.
En definitiva una mujer independiente de gran carisma, que sirvió de inspiración a uno de los más fascinantes pintores de nuestro tiempo.
Hija de un rico comerciante anglo-helénico, ella era muy familiar dentro de los círculos prerrafaelitas por su pelo rojo oscuro y su piel pálida, su modelado más notable fue para Burne-Jones aunque también lo hizo para el americano Whistler y Dante Gabriel Rossetti.
Burne-Jones la conoció en 1866 cuando su madre le encargó pintarla en la obra Cupido y Psique.
Después de una tormentosa relación con el pintor, él la retrató como hechicera o tentadora en obras como El Seducir de Merlín y el controvertido Phyllis y Demofonte.
En definitiva una mujer independiente de gran carisma, que sirvió de inspiración a uno de los más fascinantes pintores de nuestro tiempo.
Me encantó "la bella durmiente".
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¡Feliz año!